Pareciera difícil entender la relación que existe entre las tasas de interés y el mercado de valores, pues tendemos a asociar esta interacción a una combinación de factores complejos que van más allá del entendimiento de cualquiera. Factores ajenos que hoy en día nos muestran una economía incierta y deprimida. ¿Pero qué pensarías si te digo que la relación entre estos dos elementos es mucho más sencilla de lo que imaginamos?
La economía y los mercados se rigen por una acción básica de intercambio de bienes y servicios conocida como transacción. Miles de millones de transacciones ocurren por minuto a nivel global, donde unos compran lo que otros venden y viceversa. Para que estas transacciones ocurran se necesita un medio de intercambio común y ampliamente aceptado, el dinero.
Muchos piensan que el dinero, en su forma más básica, es el efectivo que tenemos en nuestras cuentas bancarias, pero no. La mayor parte del dinero que se usa para cerrar transacciones existe en forma de crédito y este dinero a crédito tiene un costo que es dictado por las tasas de interés. Estas tasas tienen el mayor impacto para sobre el funcionamiento dinámico de los mercados y la economía.
En los Estados Unidos, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), también conocido como la Reserva Federal, y es el encargado de controlar las tasas de interés. Estas tasas son ajustadas para acelerar o desacelerar la economía. Cuando la Reserva Federal eleva la tasa objetivo de los fondos federales, aumenta el costo del crédito en toda la economía, haciendo que los préstamos sean más caros, y aumentando los costos en el pago de intereses. Esto ralentiza la inversión y al mismo tiempo, incentiva el ahorro de dinero en efectivo. Esto reduce la oferta de dinero en circulación, lo que tiende a reducir la inflación y moderar la actividad económica, es decir, enfriar la economía.
Cuando las tasas de interés se ajustan, cualquier impacto en el mercado bursátil generalmente se experimenta de inmediato, a diferencia del resto de la economía, que puede tomar alrededor de un año para ver un impacto generalizado. El impacto de las tasas de interés tiende a afectar el precio de las acciones de las compañías que cotizan en bolsa por dos razones:
Las tasas de interés más altas tienden a afectar negativamente las ganancias y los precios de las acciones (con la excepción del sector financiero). Esto sucede debido a la disminución en el consumo, como se explicó anteriormente.
Las tasas de interés más altas también significan que las valoraciones futuras descontadas son más bajas, ya que la tasa de descuento utilizada para el flujo de caja futuro es más alta.
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